Siempre es difícil que escoger y qué dejar afuera. Cuando uno tiene la cámara y un objetivo es tarea
sencilla, pero cuando vamos sumando material a nuestro equipo y nos vamos haciendo más exquisitos
en cuanto al nivel de calidad que buscamos es cuando la cosa se comienza a complicar.
Esa desequilibrada balanza que va de la comodidad a la calidad, ¿en que punto la vamos a situar?
¿Somos capaces de cargar con todo el equipo y resentir nuestra espalda en pos de tener el equipo
adecuado para cada situación? ¿Vamos a perdonarnos el perdernos de hacer una foto en especial por
no haber llevado “eso” que necesitábamos?
Escucha el Podcast!
Muchas preguntas, pero como en muchos aspectos, la clave se encuentra en dedicar tiempo a una
buena planificación.
Todos estos interrogantes volvieron a surgir cuando comencé a planear mis vacaciones familiares, yo
siempre dije que uno tiene que saber diferenciar entre vacaciones familiares y viaje fotográfico. No es lo
mismo, es MUY distinto. En mi caso, en mi familia, mi hijo menor y yo disfrutamos mucho de la
fotografía, pero mi esposa y mi hijo mayor no. Entonces no puedo, ni quiero, planificar las vacaciones en
función de las puestas de sol o las noches de luna nueva.
Cuando nos vamos a fotografiar un lugar en nuestra zona quizás estos interrogantes no son tan
importantes porque podemos volver en otra oportunidad y listo. Pero cuando te vas a un lugar alejado,
tienes esa sensación de que no puede fallar nada.
En otra oportunidad hicimos con Adrián un episodio podcast sobre cómo elegir el equipo para llevarte a
tus vacaciones, si no lo escuchaste te lo recomiendo.
Planificar para no arrepentirse
Tuve que ser muy preciso en definirme a mi mismo que fotos iba a querer traerme. No solo para escoger
el equipo, sino también para definir el momento en que íbamos a dedicarlo a la fotografía.
El destino de mi viaje que más me interesaba fotografiar era New York, una ciudad que tiene atractivos
a la vuelta de cada esquina y que no me canso de recorrer. Así que me dije que de NY quería traerme
fotos de calle, urbanas, arquitectura y algunas nocturnas. Tenía en mente también fotografiar el skyline
de Manhattan de noche o al atardecer y bajo estas premisas hice mi listita.
La cámara evidentemente había que llevarla, para lo que es urbanas iba a necesitar un angular y en mi
caso me decidí por el Sigma 18-35 f/1.8 que había comprado hace muy poco, es un gran angular para
DX de muy alta calidad (de lo mejor según dicen), yo apenas lo había probado pero me tenía alucinado
el desenfoque que podía lograr en focales tan cortas.
Me sentía algo acotado con esta focal solamente, el no tener nada más allá de los 35mm me daba la
sensación de que me podía arrepentir. Por otro lado tampoco tenía filtros para el Sigma, por lo que
hacer las largas exposiciones podría ser complicado o imposible.
Mi único filtro ND (Densidad Neutra) era de 67mm y el Sigma es de 72mm así que eso me decidió a
llevar como complemento el Nikon 18-140mm f/3.5-5.6, si… el de kit. El que vino con la cámara. Un
objetivo que deja bastante que desear en cuanto a contraste y nitidez, pero que es muy compacto,
liviano y versatil.
Ahora, larga exposición es sinónimo de trípode y trípode es sinónimo de tamaño, peso, incomodidad. El
trípode era algo que no quería llevar y me incliné (debo reconocer que con ciertas dudas) por el Gorilla
Pod, si ese que usan los Youtubers para sostener la cámara. Es cómodo, es compacto y liviano por
demás. Pero de firmeza, bueno… mejor cerramos los ojos y seguimos.
Un disparador remoto para las largas exposiciones, cargador, batería extra y listo. Todo a la mochila
(que nunca estuvo tan vacía).
La mochila donde llevar todo es algo de suma importancia aunque parezca una obviedad, no siempre la
tratamos como parte de nuestro equipo fotográfico pero hace la diferencia entre llevar nuestro equipo y
hacernos sufrir cada minuto por cargarlo.
El veredicto
Finalmente tengo que decirles que volví 100% conforme con mi decisión, no faltó nada, no sobró nada.
Todo lo que llevé lo necesite y me sirvió. También tengo que reconocer (por si fuera algo que merezca
ser confesado) que muchas de las urbanas que hice las terminé haciendo con el móvil. Y esto me
sorprendió a mi mismo al tal punto que pienso dedicarle un post aparte.
¿Y tu que opinas? ¿Te pasó alguna vez alguna experiencia similar?
Dejanos tu experiencia en los comentarios.